Beneficios de las mascarillas
Mascarillas de papel, mascarillas velo, «sheet masks», o por sus nombres comerciales, seguro has escuchado hablar de ellas. Esta tendencia que se ha impuesto desde los últimos años proviene del continente asiático, más precisamente de Corea. Tienen como objetivo la hidratación superficial y la relajación de la piel sin la necesidad de exfoliar ni de realizar ningún tratamiento invasivo en la piel del rostro. El material con el que están elaboradas estas mascarillas puede variar según la marca que las comercialice. Hay de papel, de acetato, de gel, de aluminio y de oro, la favorita de las modelos y las celebridades. Son blandos y están recortados con la forma del rostro, ojos, nariz y boca.
¿Qué son?
Son máscaras de papel o de algodón embebidas en principios activos. Pueden contener los más diversos ingredientes: entre ellos se destacan el aloe, nogal, rosa mosqueta, colágeno, té verde, etc. Hay variedades para todas las necesidades: hidratación, cansancio y piel opaca, etc. Son un mimo para cuando tenemos un rato de descanso. Además, hay precios para todos los bolsillos y suelen venir en packs individuales o de dos o tres.
¿Para qué sirven?
Su principal función es potenciar los tratamientos cosméticos habituales de la piel. Esto se consigue gracias a su composición: las formulaciones contienen altísimas concentraciones de principios activos, lo que las hace actuar en tiempo récord, de una forma casi instantánea. Pueden aportar un extra de vitalidad recuperando la piel apagada o seca, purificar y limpiar la piel en profundidad o proporcionar un extra de hidratación y/o nutrición según su composición. Ya que su uso más habitual suele ser la hidratación de la piel, es válido recordar que nuestro cutis necesita hidratación y cuidados en todas las estaciones, por lo que es un producto recomendado para cualquier época del año.
¿Cómo debo utilizarlas?
1). Para que éstas cumplan la función adecuada, como paso principal antes de colocar la máscara sobre el rostro, se debe limpiar y tonificar la piel. Una vez que el rostro esté limpio y sin excedentes, se puede aplicar la mascarilla.
2). El siguiente paso es, retirar la mascarilla del paquete y aplicar sobre el rostro durante el tipo que indique el fabricante, normalmente entre 15 y 20 minutos. Al extender la mascarilla sobre la piel se tiene que tener el cuidado de cubrir toda la superficie, ya que si no se adhiere perfectamente al cutis, puede perder eficacia.
3). Y después de cumplido el tiempo, se retira suavemente, sin necesidad de utilizar agua (en la mayoría de los casos, esto puede variar de acuerdo a la marca), y si quedase suero excedente del producto sobre el rostro, se debe masajear suavemente con los dedos para facilitar la absorción del mismo.
4). Finalmente, solo deberás concluir tu rutina aplicando un sérum y una crema (de acuerdo a tu tipo de piel), ya que tu cutis podría quedar un poco tirante.
Si sobrase restos del producto en el velo (que es lo más común), la recomendación es a distribuirlos por las zonas de cuello y escote, para sacarle mayor provecho.
¿Cuándo es más conveniente utilizarlas?
Ya que estos velos vienen impregnados en un gel a rebosar de principios activos, la frecuencia de su uso se recomienda que sea para ocasiones especiales, como una fuente magnífica de hidratación. Estas mascarillas te aportarán un efecto flash inmediato que te vendrá genial para momentos determinados, así como para calmar la piel tras una larga exposición al sol, en días con mucha contaminación o después de un tratamiento láser. De igual forma, esta práctica y su constancia sabrá determinarla mucho mejor tu especialista en cuidados faciales. Los dermatólogos coinciden en que lo ideal sería poder realizarlo una vez por semana.
Recuerda siempre consultar con tu dermatólogo o especialista de confianza.
#BonusExtra: ¿Conocés los parches para ojos?
De la mano de la tendencia de las mascarillas velo, llegaron a nuestras tierras los «eye-patches» o mascarillas para los ojos, o parches de hidrogel para los ojos, que también piden su sitio para hidratar, suavizar arrugas y devolver luminosidad.
Los parches para ojos se usan desde hace ya algunos años, pero su popularidad ha crecido gracias a su efectividad y rápida evolución. En muy poco tiempo se desarrollaron materiales y activos que ayudan a desinflamar, hidratar y dar esa apariencia de descanso -tan deseado- al contorno de ojos. Los parches tienen la forma de una lágrima grande, para ajustar la curvatura debajo de los ojos. Su objetivo principal es hidratar la delicada piel debajo de los ojos, ya que esa zona contiene menos glándulas sebáceas que el resto del cutis y en consecuencia, es más propensa a la sequedad, es más delgada y, con el tiempo, se marcan líneas, arrugas y otros signos de envejecimiento.
Estos «pads» o parches de hidrogel, dependiendo de la marca -y fórmula- se dejan desde 10 a 30 minutos de acción luego de realizar tu rutina de limpieza, al igual que en el caso de las mascarillas. Se recomienda dejarlos unos minutos en la heladera, para usarlos fríos y favorecer la desinflamación. La frecuencia también depende de las indicaciones especificadas, normalmente serían dos veces a la semana, aunque algunos recomiendan tres días seguidos en una primera vez y luego una por semana.
¿Conocías alguno de estos productos? ¿Cuál ha sido tu experiencia? o ¿Te interesa incorporarlos a tu rutina de belleza? Contanos tu opinión!